Ey, tú.

Sí, tú. Deja de estar triste contigo mismo. Eres perfecto, deja de desear  ser como otras personas o desear que a la gente le gustes tanto como les gustan los demás. Deja de tratar de llamar la atención de aquellos que te hacen daño. Deja de odiar tu cuerpo, tu cara, tu personalidad, tus caprichos. Adóralos. Sin esas cosas, tú no serías tú. ¿Y porqué querrías ser alguien diferente? Sé feliz con lo que eres, sonríe, esa sonrisa está dibujada en la gente. Si alguien te odia porque tú eres feliz contigo mismo entonces pon tu dedo en el cielo y di: mi felicidad no depende de otros. Soy feliz porque me encanta lo que soy. Me encantan mis defectos, mis imperfecciones. Ellas me hacen a mi.. a mi. Y ese "a mi",ese "yo", es bastante asombroso.